También editada en español como La gran hora por Grupo Editor de Buenos Aires (1973) con traducción de L. Tobar y M. V. Suárez.
«-Acepté la resurrección -dijo Bruce, con ojos brillantes-. Cuando me sacaron de mi trayectoria en Passchendaele diez minutos antes de morir, me aferré a la oferta de vida como un borracho se aferra a la bebida a la mañana siguiente, Pero incluso entonces pensé que estaba teniendo la oportunidad de enmendar los errores de la historia, de trabajar por la paz.-Su voz se fue haciendo más y más vibrante. Más allá de nuestro círculo, observé a la Nueva Muchacha contemplándole con adoración-. ¿Pero para qué descubrí que me deseaban las Arañas? Sólo para luchar en más guerras, una y otra vez, para hacerse más crueles y repugnantes, para convertir la guadaña de la muerte en algo un poco más amplio a cada Gran Cambio, abrirse camino más cerca cada vez más de la muerte del cosmos,»
Obra ganadora del Premio Hugo 1958 a la mejor novela de ciencia ficción
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