Aroma de champaca – Mª Rosa Núñez
«No me escondas tú el secreto de tu corazón…» besándola, había murmurado las palabras del poeta.
Era menuda; de cintura estrecha, manos finas y líneas depuradas como las de una danzarina de Siam. Toda ella llamaba la atención; pero sobre todo el rostro, ovalado, marfileño, perfecto. Tai-sing era, sin duda alguna, la más bella mujer de la Indochina francesa.
–¡Gregoire Montaine, eres el mayor canalla que me he tropezado nunca! ¡Me gustaría deshacerte y arrojar tus pedazos a «Shere-Khan»!
–¡Déjale! ¡Es mi marido! ¡Nos hemos casado y no…!
Tai-sing se sintió perdida, abandonada a sus fuerzas y dio un grito tan agudo y penetrante, que pareció llenar la selva entera…
Amor y muerte… Su alma primitiva era como jaula cerrada en que aleteaban, tranquilas, sólo dos palabras.