El dueño de la muerte – Anthony Berkeley
La investigación era realmente insólita. Tenía que reunir las pruebas de su propia culpabilidad porque la justicia ya había elegido a un reo y nadie le daba crédito. Pero el asesino era él. Él había matado. Tenían que creerle. Y lo había hecho porque sólo le quedaba un año de vida y había decidido llevarse por delante a un ser verdaderamente dañino.